viernes, 24 de septiembre de 2010

Marina Cano,una fotografía


Marina Cano es un fotógrafa nacida en Cantabria, España. Sus imágenes han ilustrado revistas de todo el mundo. Su página:http://www.marinacano.com/


viernes, 17 de septiembre de 2010

Gelman


Juan Gelman, una mirada extraordinaria


El atado

Escribir sin contar es como vivir sin vida. Las palabras serán inocentes, pero no su relación. El contador traza una columna del "debe" y otra del "haber" y en la última anota los silencios que supo conseguir. Con las caras de una palabra quisiera hacer piedras y mirarlas todas hasta el fin de mis días. Esas caras siempre tienen otras fugitivas de la boca. Morder la piedra, entonces, es la tarea del poeta, hasta que sangren las encías de la noche. En esa noche navegará sin rumbo fijo, desconfiado de todo, en especial de sí, mirando espejos que cantan como sirenas que no existen. El poeta se atará al palo mayor de su ignorancia para no caer en sí mismo, sino en otro país de aventura mayor, muerto de miedo y vivo de esperanza. Sólo el dolor lo unirá muertovivo al vacío lleno de rostros y verá que ninguno es el suyo. Y todos serán libres.


Músicas

Narciso tenía hambre, miró

las aguas para ver si hay peces

y se encontró con él.

Este accidente de la historia

cuesta mundos a los pobres mortales.

Tienen hambre de sí mismos, pero en verdad

nunca se miran a sí mismos, son mirados y de ahí

viene la costumbre de

devorarnos bajo

un sí mismo sostenido mayor.


Fugas

La velocidad de la palabra no es

la velocidad de la sangre y no sé

quién traiciona a quién. ¿Cómo

se encima el horizonte

a la palabra cuándo, a su

cortejo de esperas que todo cambiarán?

La noche cae y se consuela,

pero caer no es un consuelo para mí.

Estoy parado en el espanto

mientras cantan los rostros del día y

no sé quién miente, ellos o yo. Al fondo pasa

el animal que huye

a gran velocidad.


Fierros

Una piel provoca el choque del universo

consigo mismo. Hasta donde da

el universo del deseo, más grande

que el universo. Pero yo,

viendo la piel que continúa

a mi hijo, todo lo que se diga, pienso,

es humo y no hay hoguera. Hay

lo que ardió en un instante, hay

agujeros con fierros que

tienen mirada de pájaro.

viernes, 3 de septiembre de 2010

No olvido


Si miro tus ojos...

Si miro tus ojos,
si acerco a tus ojos los míos,
¡oh, cómo leo en ellos retratado todo el pensamiento de mi
soledad!
Ah, mi desconocida amante a quien día a día estrecho en los
brazos.
Cuán delicadamente beso despacio, despacísimo,
secretamente en tu piel
la delicada frontera que de mí te separa.
Piel preciosa, tibia, presentemente dulce, invisiblemente
cerrada
que tiene la contextura suave, el color, la entrega de la fina
magnolia.
Su mismo perfume, que parece decir: "Tuya soy, heme
entregada al ser que adoro
como una hoja leve, apenas resistente, toda aroma bajo sus
labios frescos".
Pero no. Yo la beso, a tu piel, finísima, sutil, casi irreal bajo el
rozar de mi boca,
y te siento del otro lado, inasible, imposible, rehusada,
detrás de tu frontera preciosa, de tu mágica piel inviolable,
separada de mí por tu superficie delicada, por tu severa
magnolia
cuerpo encerrado débilmente en perfume
que me enloquece de distancia y que, envuelto rigurosamente,
como una diosa de mí te aparta, bajo mis labios mortales.
Déjame entonces con mi beso recorrer la secreta cárcel de mi vivir,
piel pálida y olorosa, carnalidad de flor, ramo o perfume,
suave carnación que delicadamente te niega,
mientras cierro los ojos, en la tarde extinguiéndose,
ebrio de tus aromas remotos, inalcanzables,
dueño de ese pétalo entero que tu esencia me niega.

Vicente Aleixandre