sábado, 29 de marzo de 2014

De mi querido amigo...

*

Jesús Pino, tan él, tan sabedor de la poesía


Esta es la espada, el rifle, la luz que rompe brutalmente los fornidos infiernos de la sombra. He ahí la llave, la puerta y la ventana por donde entrará el viento de la iluminación, la brisa, curva y carroñera, que ha de arrojar la niebla a las tinieblas, la bandera del sol, terriblemente clara, que defenestrará la oscuridad del aire y sus burdeles.
¿Qué proporción de luz será bastante? ¿Qué parte de la claridad podrá empujarnos al otro lado de la Vida donde el silencio de la enfermedad, la soledad del hambre y de la sed, la memoria de la desesperación, no nos estallen como minas sembradas en la arena de los días?
Este es el arca que contiene la ley de las vocales, la danza de los símbolos escritos, la balanza del número. El arca que navega a golpes de palabras, a empujes de preguntas, a esfuerzos de verdades y justicias. Este es el arca que surcará los mares de los sueños cuando las sombras del diluvio busquen auxilio en las pinzas de los alacranes.

*Fotografía del libro: En la pizarra un poema.© Escuelas para el mundo

sábado, 15 de marzo de 2014

Cómo me gusta Julia Margaret Cameron...

...y, además, fotografió a la preciosa madre de Virginia Woolf y a Alicia Liddell, cuando dejó de ser la Alicia mágica

domingo, 9 de marzo de 2014

En Solentiname


Poesía campesina en Solentiname


De Bosco Centeno:

Una garza




Una garza va despacio


moviendo perezosamente sus alas


viéndose


retratada sobre la calmura del lago.

lunes, 3 de marzo de 2014

Antonio Machado y su mirada "doménica"




Fantasía iconográfica ( Retrato del cardenal Tavera)

La calva prematura 
brilla sobre la frente amplia y severa; 
bajo la piel pálida tersura 
se trasluce la fina calavera. 
Mentón agudo y pómulos marcados 
por trazos de un punzón adamantino; 
y de insólita púrpura manchados 
los labios que soñara un florentino. 
Mientras la boca sonreír parece, 
los ojos perspicaces, 
que un ceño pensativo empequeñece, 
miran y ven, profundos y tenaces. 
Tiene sobre la mesa un libro viejo 
donde posa la mano distraída. 
Al fondo de la cuadra, en el espejo, 
una tarde dorada está dormida. 
Montañas de violeta 
y grasientos breñales, 
la tierra que ama el santo y el poeta, 
los buitres y las águilas caudales. 
Del abierto balcón al blanco muro 
va una franja de sol anaranjada 
que inflama el aire, en el ambiente obscuro 
que envuelve la armadura arrinconada.