sábado, 27 de septiembre de 2014

Cuando leí este poema, hace tanto...

John Keats



Oda a la melancolía
1
No vayas al Leteo ni exprimas el morado
acónito buscando su vino embriagador;
no dejes que tu pálida frente sea besada
por la noche, violácea uva de Proserpina.
No hagas tu rosario con los frutos del tejo 
ni dejes que polilla o escarabajo sean
tu alma plañidera, ni que el búho nocturno
contemple los misterios de tu honda tristeza.
Pues la sombra a la sombra regresa, somnolienta,
y ahoga la vigilia angustiosa del espíritu.

2
Pero cuando el acceso de atroz melancolía
se cierna repentino, cual nube desde el cielo
que cuida de las flores combadas por el sol
y que la verde colina desdibuja en su lluvia,
enjuga tu tristeza en una rosa temprana
o en el salino arco iris de la ola marina
o en la hermosura esférica de las peonías;
o, si tu amada expresa el motivo de su enfado,
toma firme su mano, deja que en tanto truene
y contempla, constante, sus ojos sin igual. 

3

Con la Belleza habita, Belleza que es mortal.
También con la alegría, cuya mano en sus labios
siempre esboza un adiós; y con el placer doliente
que en tanto la abeja liba se torna veneno.
Pues en el mismo templo del Placer, con su velo
tiene su soberano numen Melancolía,
aunque lo pueda ver sólo aquel cuya ansiosa
boca muerde la uva fatal de la alegría.
Esa alma probará su tristísimo poder
y entre sus neblinosos trofeos será expuesta



domingo, 21 de septiembre de 2014

Un poeta

Kenneth Rexroth



Tranquilamente

Tendido tranquilamente junto a ti,
Mi mejilla contra tu firme, quieto muslo,
La callada música de Boccherini
Bañándonos en la quietud,
Mientras el sol abandona los altos de la casa y se aleja 
Por el Pacífico, en calma -
Tan calmado se mueve el sol sobre nosotros, 
Tan calmado como siempre, 
Tan calmados, nuestros cuerpos, agotados
Por el tiempo y las penitencias del amor,  nuestros 
Cerebros ovillados, quietos en sus conchas, adormecidos,
Nuestros corazones lentos, tranquilos, confiados
En sus ritmos entrelazados, el pulso
En tu muslo acariciando mi mejilla. Tranquilo.