lunes, 3 de marzo de 2014

Antonio Machado y su mirada "doménica"




Fantasía iconográfica ( Retrato del cardenal Tavera)

La calva prematura 
brilla sobre la frente amplia y severa; 
bajo la piel pálida tersura 
se trasluce la fina calavera. 
Mentón agudo y pómulos marcados 
por trazos de un punzón adamantino; 
y de insólita púrpura manchados 
los labios que soñara un florentino. 
Mientras la boca sonreír parece, 
los ojos perspicaces, 
que un ceño pensativo empequeñece, 
miran y ven, profundos y tenaces. 
Tiene sobre la mesa un libro viejo 
donde posa la mano distraída. 
Al fondo de la cuadra, en el espejo, 
una tarde dorada está dormida. 
Montañas de violeta 
y grasientos breñales, 
la tierra que ama el santo y el poeta, 
los buitres y las águilas caudales. 
Del abierto balcón al blanco muro 
va una franja de sol anaranjada 
que inflama el aire, en el ambiente obscuro 
que envuelve la armadura arrinconada.

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