sábado, 22 de febrero de 2014
domingo, 16 de febrero de 2014
Orgullosa y envidiando
Cada vez me sorprende más Rodrigo Medina... esta vez se ha superado; así, me siento orgullosa al leer sus poemas y, a la vez, envidiando esa fuerza imperfecta y poderosa de tener las palabras de su parte.
Imprescindible ( al menos para mí y seguro que para alguien más):
Madrugada en guerra.
Me despierto hoy
desnudo pero con ropa
viendo como nace
poco a poco
un sol más brillante que el de ayer.
Paraíso del recuerdo,
cómo lo echo de menos
sobre todo a ti
y es que,
cuando faltas tú
a la mañana siguiente nos añoro a los dos.
Intento grabarlo a fuego en un poema
que es más fácil de disfrutar que de leer.
Y es que supiste irte a tiempo
por eso no vivo si tu no estás.
Sinceramente, no aguanté más el tiempo sin ti.
Decidí ir a tu casa de nuevo,
pero nunca encontré la llave que solías dejar bajo la sombra del felpudo.
Por eso, desistí de buscar cómo abrirte
inventé otra puerta, la del “nunca nadie”.
Nuestro inevitable estaba lleno de negaciones,
era un “no”
es decir, el último “sí”.
El último poema que escribo a las canciones del “te quiero”.
El amor es una granada de mano casera y violenta
quise matarte con él,
sin embargo, en mitad de la batalla
me di cuenta de que estaba vestido de cómo me miraban tus ojos
y antes de arrojarme al suicidio
me di cuenta de que debería dejar de luchar contra mí mismo para aprender a perder(te).
sábado, 8 de febrero de 2014
sábado, 1 de febrero de 2014
Escribir lo imposible
SENDAS DE OKU
Matsúo Basho
Traducción
de Octavio Paz y Eikichi Hayashiya
Nos
separaba la distancia de unas horas pero me pareció que entre nosotros había ya
más de mil ri. Yo también, escuchando el viento otoñal, me acosté en el
dormitorio destinado a los novicios. Al romper el alba se oyeron rezos, sonó la
campana y me apresuré a entrar en el refectorio. ¡Ahora a Echizen!, me dije con
brío y salí a toda prisa del templo, mientras unos jóvenes bonzos me perseguían
con papel y pinceles hasta el pie de la escalera. En ese momento caían las
hojas de los sauces en el jardín. Al ponerme las sandalias, y aparentando más
prisa de la que tenía, tracé estas líneas:
Antes de irme
¿barro el jardín hojoso,
sauces pelados?
¿barro el jardín hojoso,
sauces pelados?
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