...andaluz, elegante y cercano
SIN POR EXCESO
Nadie vio las dos caras de la Luna.
nadie vio los rostros amados en la unión
del negro vértigo y la dicha de ser. Nadie,
si vas con mucho amor te dora el aire,
la pulsación de su voz única.
¿Quién canta las delicias que soñamos?
¿Quién nos cambia de sitio el corazón?
La Belleza es el ángel caído que respira en
tu espalda, existe y no existe en los astros.
En la Casa de las Palabras Blancas
hay rostros que se fueron sin decir adiós.
De su Libro: EL MUNDO LÍQUIDO. Editorial Celya. 2014.
sábado, 31 de mayo de 2014
sábado, 24 de mayo de 2014
María Luisa Mora...
...amiga. Porque ha ganado el premio Nicolás del Hierro, de buen recuerdo para mí.
SOLEDAD
Del libro Meditación de la derrota, Ediciones Torremozas.
Amo la soledad
que dura un poco:
la que te besa y vuelve,
otra vez, a su guarida;
la que te araña brevemente
el corazón
para, después, curarlo con su ausencia.
Amo su curvatura rectilínea,
su paraguas roto,
la frágil mano de cristal
con la que atraviesa los espejos.
Amo la soledad que calma, cuando toca
con sus labios,
los bravos mares del instinto;
la que no penetra demasiado en la casa;
la que no juega a morder, como un león,
al dios que la alimenta;
la que sopla con breve brisa
el pecho que la recibe;
la que, después de dejar su recado,
coge el coche
y viaja hasta un país que desconozco.
sábado, 17 de mayo de 2014
De Luis Peñalver
Da gusto encontrarse con amigos...
Un fragmento de EL GRECO Y RILKE. Un cielo en creación, su último libro, publicado por la Editorial Celya y con portada de Pablo Sanguino.
Llevas
en la mano la Guía artístico-práctica
del Vizconde de Palazuelos, escrita a doble columna en español y en francés,
pero no es ella la que te empuja por la calle del Ángel hasta hacerte desembocar en esa “iglesia con
cadenas ensangrentadas” de la que te habló la Desconocida. A partir de este
momento “ya nada fue casual”. Cautivo, ebrio, agotado por este lugar sin
límites, después de un día “largo como un
día del Génesis”, como si toda la
eternidad se hubiera concentrado en esta jornada y todos los astros se hubieran
reunido en este sol que, según cuenta la leyenda, el viejo Dios “situó exactamente
sobre Toledo”, te recoges exhausto en tu habitación; no son más de las siete. Hojeas
alguno de los libros que has traído en tu magro equipaje y escribes tus cartas,
pero ningún verso sale de tu pluma. Y te preguntas por qué. Llegas a tu destino
tan largamente esperado y te sumerges en el magma líquido de la inspiración en
el que nadan tus musas soñadas, pero emerges sin palabras. Es como si la
inmediata proximidad de la fuente te impidiera beber; como si la cercanía del
origen te hiciese enmudecer. Para poder escribir tendrás que alejarte del
acontecimiento puro, del puro deslumbramiento.
Fotos de la presentación, el pasado 14 de mayo:
domingo, 4 de mayo de 2014
Vicente Aleixandre
...casi olvidado...
UNIDAD EN ELLA
Cuerpo feliz que fluye entre mis manos,
rostro amado donde contemplo el mundo,
donde graciosos pájaros se copian fugitivos,
volando a la región donde nada se olvida.
Tu forma externa, diamante o rubí duro,
brillo de un sol que entre mis manos deslumbra,
cráter que me convoca con su música íntima, con esa
indescifrable llamada de tus dientes.
Muero porque me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el caliente aliento
que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo.
Deja, deja que mire, teñido del amor,
enrojecido el rostro por tu purpúrea vida,
deja que mire el hondo clamor de tus entrañas
donde muero y renuncio a vivir para siempre.
Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente
que regando encerrada bellos miembros extremos
siente así los hermosos límites de la vida.
Este beso en tus labios como una lenta espina,
como un mar que voló hecho un espejo,
como el brillo de un ala,
es todavía unas manos, un repasar de tu crujiente pelo,
un crepitar de la luz vengadora,
luz o espada mortal que sobre mi cuello amenaza,
pero que nunca podrá destruir la unidad de este mundo.
UNIDAD EN ELLA
Cuerpo feliz que fluye entre mis manos,
rostro amado donde contemplo el mundo,
donde graciosos pájaros se copian fugitivos,
volando a la región donde nada se olvida.
Tu forma externa, diamante o rubí duro,
brillo de un sol que entre mis manos deslumbra,
cráter que me convoca con su música íntima, con esa
indescifrable llamada de tus dientes.
Muero porque me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el caliente aliento
que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo.
Deja, deja que mire, teñido del amor,
enrojecido el rostro por tu purpúrea vida,
deja que mire el hondo clamor de tus entrañas
donde muero y renuncio a vivir para siempre.
Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente
que regando encerrada bellos miembros extremos
siente así los hermosos límites de la vida.
Este beso en tus labios como una lenta espina,
como un mar que voló hecho un espejo,
como el brillo de un ala,
es todavía unas manos, un repasar de tu crujiente pelo,
un crepitar de la luz vengadora,
luz o espada mortal que sobre mi cuello amenaza,
pero que nunca podrá destruir la unidad de este mundo.
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