House by a railroad
Le preocupan las lilas.
Aquello que puede ser salvado,
ella lo salva:
flores secas, bisutería sin brillo,
cajas medio vacías de crema facial.
Imagina a un hombre que grita desde el tren:
¡Las frutas del verano están aquí!
El sol atraviesa la casa como el silbido
del tren. Dentro, ella espera,
frunciendo la pesada luz de la tarde.
Algunas piezas de cristal
brillan en las ventanas.
La aspidistra, que nunca crece,
arroja sombras puntiagudas a sus pies.
Aquello que puede ser salvado,
ella lo salva:
flores secas, bisutería sin brillo,
cajas medio vacías de crema facial.
Imagina a un hombre que grita desde el tren:
¡Las frutas del verano están aquí!
El sol atraviesa la casa como el silbido
del tren. Dentro, ella espera,
frunciendo la pesada luz de la tarde.
Algunas piezas de cristal
brillan en las ventanas.
La aspidistra, que nunca crece,
arroja sombras puntiagudas a sus pies.
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