domingo, 20 de mayo de 2012

Un poema de Concha González Nieto


Y ya no nos queda más que este mundo soportado a golpes de silencio.
La carne en la nieve nació para ofrecer su guante a la noche.
Un cuerpo de gelatina tiembla
un cuerpo que se desborda a través de los patios
tiembla y duda.
La madre ha descansado en el lado de los muertos
negándonos a todos...
Su mano blanca, el ruido de sus pasos, el naufragio que dejó
en los ojos, inmoviliza la herida.
Tu mano blanca,
queda ahí, en el hongo despedazado por el mármol.
Un hombre juega con tus dientes
un hombre dilata tu piel oscura
un hombre se posa en tus minutos.
La madre ha descansado en la cuna del viento.
En la pequeña piedra que fija su cabeza.

sábado, 5 de mayo de 2012

Lo vi...

...un blog entrañable de la fotógrafa   Renata Takkenberg-Krohn  









de casi todo hace veinte años, como dice Gil de Biedma,.... o más, o  ya nunca.