viernes, 16 de abril de 2010

Un redescubrimiento: Victoriano Crémer


      Canción serena

      Un día puro, alegre, libre quiero.
      Fray Luis de León

      No me dejéis así:
      Sorbido por la tierra
      hondísima y vibrante como el clamor penúltimo;
      con este olor maduro de soles y horizontes
      abriéndome en el pecho un surco luminoso.

      No es que el cuerpo me suene a cristal derramado
      ni que diez corazones me alanceen las yemas,
      ni que cielos redondos agolpen sus rebaños
      a mis ojos mastines, ladradores de cimas.

      Es que un mar fugitivo rinde velas y senos
      y pétalos y espumas en la gozosa playa
      donde el rumor se atreve a mancillar la sombra.
      ¡Y se me ciegan labios y gritos y pupilas!

      Es que siento que el aire es de carne dulcísima
      y la luz sólo luz. Que el contorno me huye
      a bandadas blanquísimas de palomas y lirios
      y me abandonan manos y dientes y melenas.

      ¡No! ¡No me dejéis así! Moriría desnudo
      sin sentirme morir.

      Y mi pobre vestido, con su sangre caliente,
      se hundiría, esperando mi imposible retorno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para mí un descubrimiento.

Quedamos para hablar de él en
http://www.epdlp.com/cuadro.php?id=2199
Sara