domingo, 20 de septiembre de 2015

Porque en esta semana comienza...

OTOÑO

Mientras, en lugares sureños, comenzará la primavera.

Otoño. De Giuseppe Arcimboldo


Diversos poemas y diversas versiones

De Octavio Paz

En llamas, en otoños incendiados, 
arde a veces mi corazón, 
puro y solo. El viento lo despierta, 
toca su centro y lo suspende 
en luz que sonríe para nadie: 
¡cuánta belleza suelta! 

Busco unas manos, 
una presencia, un cuerpo, 
lo que rompe los muros 
y hace nacer las formas embriagadas, 
un roce, un son, un giro, un ala apenas; 
busco dentro mí, 
huesos, violines intocados, 
vértebras delicadas y sombrías, 
labios que sueñan labios, 
manos que sueñan pájaros... 

Y algo que no se sabe y dice «nunca» 
cae del cielo, 
de ti, mi Dios y mi adversario.

De Claribel Alegría

Has entrado al otoño
me dijiste
y me sentí temblar
hoja encendida
que se aferra a su tallo
que se obstina
que es párpado amarillo
y luz de vela
danza de vida
y muerte
claridad suspendida
en el eterno instante
del presente.


De Rubén Darío

Yo sé que hay quienes dicen: ¿por qué no canta ahora 
con aquella locura armoniosa de antaño? 
Ésos no ven la obra profunda de la hora, 
la labor del minuto y el prodigio del año. 

Yo, pobre árbol, produje, al amor de la brisa, 
cuando empecé a crecer, un vago y dulce son. 
Pasó ya el tiempo de la juvenil sonrisa: 
¡dejad al huracán mover mi corazón!


De Antonio Machado

Una larga carretera 
entre grises peñascales, 
y alguna humilde pradera 
donde pacen negros toros. Zarzas, malezas, jarales. 

Está la tierra mojada 
por las gotas del rocío, 
y la alameda dorada, 
hacia la curva del río. 
Tras los montes de violeta 
quebrado el primer albor: 
a la espalda la escopeta, 
entre sus galgos agudos, caminando un cazador.


De Juan Ramón Jiménez

Por un camino de oro van los mirlos... ¿Adónde?
Por un camino de oro van las rosas... ¿Adónde?
Por un camino de oro voy... 
¿Adónde,
otoño? ¿Adónde, pájaros y flores?


De Ángel González


El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.

Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.

Y lo perdimos para siempre.


Indecible:



    Maravillosa:
      ----->;Fantástico
          A ritmo de bolero ( el mumumumu es indescriptible):

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